Todo el mundo ha oído hablar alguna vez de este fenómeno, pero pocos saben exactamente qué es la lluvia ácida y a qué se debe. La lluvia ácida es cualquier tipo de precipitación con una alta concentración de ácido sulfúrico y ácido nítrico.
No solo se trata de la lluvia líquida que conocemos, sino que también se encuentra en nieve, niebla, granizo, rocío, neblinas y partículas en suspensión que terminan en el suelo.
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¿Por qué se produce la lluvia ácida?
Se trata de un fenómeno natural causado por, entre otras cosas, la emisión de químicos durante las erupciones volcánicas y la descomposición de plantas. Sin embargo, la mayor incidencia de lluvia ácida en nuestros días es provocada por la acción humana, sobre todo debido al uso de combustibles fósiles (petróleo y carbón) que provienen de las fábricas, vehículos, centrales eléctricas y calderas.
La quema de estos combustibles genera óxido de nitrógeno y dióxido y trióxido de azufre, que pasan a la atmósfera. En ella, una reacción con el agua en suspensión y otras sustancias genera la lluvia ácida, la cual se puede propagar a lo largo de cientos de kilómetros.
Para conocer la acidez y alcalinidad de una sustancia de utiliza una escala de ph, considerándose un nivel de 7.0 como neutro. A partir de dicho nivel, cuanto más bajo sea, más ácida será esa sustancia. La lluvia normal tiene un ph aproximado de 5.6, mientras que la ácida generalmente tiene un ph entre 4.2 y 4.4
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Efectos de la lluvia ácida
Aunque el imaginario popular nos haga pensar en una lluvia que corroe la piel, el efecto de la lluvia ácida es menos espectacular, aunque no por ello menos dañino. En primer lugar, la lluvia ácida afecta de manera fatal a las masas de agua como lagos, ríos y mares. Provoca un cambio en su acidez que destruye las algas y el plancton, y aumenta la mortalidad de los peces. Las masas forestales son también víctimas de este fenómeno, al devastar los microorganismos que fijan el nitrógeno y destruir de forma directa las hojas y ramas por contacto.
No solamente los elementos orgánicos se ven afectados por la lluvia ácida: también lo sufren los edificios e infraestructuras. La acidez disuelve el carbonato de calcio y deteriora el mármol y la caliza, erosionando monumentos y esculturas. Es también el azote de las zonas agrícolas debido a que desioniza el suelo, empobreciéndolo y provocando estrés a las plantas, que las hace más susceptibles a las plagas. Además, cambia y deteriora las condiciones naturales de los ecosistemas acuáticos, impactando en la cadena trófica y afectando a un número importante de especies.
En cuanto al impacto que tiene sobre los seres humanos, el contacto físico con este tipo de lluvia no es perjudicial en sí mismo. Lo realmente peligroso son las partículas de nitrato y sulfato que se producen, las cuales se desplazan a través del aire posibilitando que las inhalemos. En este último caso, una larga exposición a este tipo partículas podría derivar en ciertas enfermedades respiratorias.
La lluvia ácida en el mundo
Este fenómeno se produce en numerosos países y zonas a lo largo del planeta, sin embargo, los países que más concentración de lluvia ácida presentan son los asiáticos y los europeos ;especialmente Escandinavia y Alemania. Pero de todos, el país más afectado es China, donde este fenómeno causa daños a casi la mitad de la población del país. Esto es debido a que su fuente de energía principal proviene de la quema de carbón, la cual ocasiona multitud de gases tóxicos. De ahí que sea muy habitual ver a sus ciudadanos portando una mascarilla cuando se encuentran en la calle.
En España la lluvia ácida se da sobre todo en Galicia y el País Vasco, aunque también está presente en algunas partes de Cataluña y Murcia. Esto es debido en gran parte a su gran tradición industrial, lo que genera una gran cantidad de gases tóxicos durante el proceso de producción.
Soluciones para la lluvia ácida
No podemos evitar las erupciones volcánicas, pero sí podemos luchar por reducir de manera considerable las emisiones de contaminantes. Los humanos somos los principales causantes de la lluvia ácida y de sus consecuencias, de modo que, si queremos evitarlas, tendremos que cambiar nuestros hábitos de consumo y de uso de los recursos naturales.
Entre las soluciones propuestas para reducir la ocurrencia de este fenómeno se ha enumerado:
- Rebajar el nivel de azufre en los combustibles fósiles.
- Reducir el consumo de los combustibles fósiles.
- Impulsar el uso del gas natural en industria.
- Impulsar el transporte eléctrico.
- Introducir el convertidor catalítico de tres vías.
- Adición de compuestos alcalinos en las masas de agua para neutralizar el pH.
- Ahorro de energía en hogares.
- Incremento del uso de transporte público.
Por lo tanto, parte de la solución está en nuestras manos, aunque son los expertos, quienes con sus análisis y estudios sobre la lluvia ácida, pueden contribuir de la mejor manera posible a solucionar este fenómeno atmosférico. De ahí la importancia de contar con una variedad de cursos sobre medio ambiente que incentiven dicho estudio.
Algunos prestigiosos científicos han estudiado recientemente el fenómeno de la lluvia ácida , formulado interesantes conclusiones sobre sus actuales consecuencias en las distintas partes del mundo.
Fórmulas y sustancias que intervienen en la lluvia ácida
El azufre se oxida a dióxidos de azufre: S + O2 → SO2 Los procesos industriales en los que se genera SO2, por ejemplo, son en la industria metalúrgica.
En la fase gaseosa el dióxido de azufre se oxida por reacción con el radical hidroxilo por una reacción intermolecular: SO2 + OH· → HOSO2· Seguida por: HOSO2· + O2 → HO2· + SO3
En presencia del agua atmosférica o sobre superficies húmedas, el trióxido de azufre (SO3) se convierte rápidamente en ácido sulfúrico: SO3(g) + H2O(l) → H2SO4(l) SO3(g) + H2O(l) → H2SO4(l)
El NO se forma por reacción entre el oxígeno y el nitrógeno a alta temperatura: O2 + N2 → 2NO Una de las fuentes más importantes es a partir de las reacciones producidas en los motores térmicos de los automóviles y aviones, donde se alcanzan temperaturas muy altas. Este NO se oxida con el oxígeno atmosférico: O2 + 2NO → 2NO2 y este 2NO2 reacciona con el agua dando ácido nítrico que se disuelve en el agua: 3NO2 + H2O → 2HNO3 + NO
Fuente: Ecologiaverde, El País, SlideShare
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