Las Pirámides son una de las siete maravillas del Mundo Antiguo, la que mejor ha resistido el paso del tiempo y los edificios de piedra más grandes del mundo. También son una obra de arquitectura increíble que a día de hoy parece imposible.

 

En contra de lo que algunos creen, no fueron los alienígenas los que participaron en la construcción de las pirámides de Egipto. Fueron la inventiva y la ingeniería egipcias las que permitieron que se erigieran estas pirámides inmortales que, según dicen aquellos que las contemplan, son mucho más grandes de lo que nos imaginamos.

La primera pirámide, la de Guiza (también conocida como la Pirámide de Keops), se construyó para el faraón Jufu. Tiene una altura de 138 metros, y por ello se la conoce como “La Gran Pirámide”. La pirámide de Jafra (conocida como Kefrén) es un poco más baja pero se construyó sobre terreno más alto que la anterior.

Algunos académicos creen que la Esfinge, que se encuentra cerca de esta pirámide, fue construida por Jafra y que su cara está modelada a su imagen. El tercer faraón en construir una pirámide en Guiza fue Menkaura (Micerinos) y mide 65 metros de altura.

 

Los investigadores han descubierto varias cosas en las últimas décadas sobre las pirámides, incluido un pueblo construido cerca de Menkaura.

También descubrieron un estudio que mostraba cómo el agua puede hacer que los sillares de piedra se muevan más fácilmente y un papiro encontrado en el Mar Rojo que detallaba viajes entre una cantera y el lugar donde se erigieron las pirámides.

Gracias a esto se han desentrañado las técnicas de construcción de las pirámides de Egipto.

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El desarrollo de las técnicas de construcción de las pirámides de Egipto

Estas técnicas se desarrollaron a lo largo de varios siglos, con todos los problemas que los científicos o ingenieros de hoy en día se encontrarían. Se originaron a partir de las tumbas “mastaba” de planta rectangular que se construían en Egipto hace unos 5000 años, de acuerdo a los descubrimientos del arqueólogo Sir Flinders Petrie.

Durante el reinado del faraón Zoser (que comenzó en torno al 2630 a.C.) hubo una mejora importante: su tumba mastaba comenzó como una tumba rectangular clásica, pero fue desarrollada hasta convertirse en una pirámide escalonada de seis pisos con cámaras y túneles subterráneos.

Otro salto en las técnicas de construcción de las pirámides de Egipto llegó durante el reinado del faraón Seneferu (reinado a partir del 2575 a.C.), que construyó al menos tres pirámides. En lugar de construir pirámides escalonadas, los arquitectos de Seneferu desarrollaron métodos para diseñar pirámides de caras lisas.

 

Se cree que los arquitectos de Seneferu tuvieron problemas. Una de las pirámides que mandó construir en Dahshur se conoce como la “Pirámide acodada” debido a que el ángulo de la pirámide cambia a la mitad, lo que le da a la estructura una apariencia romboidal. Se cree que esto es un error de diseño.

Esto se corrigió en la segunda pirámide de Dashur, que hoy se conoce como la Pirámide Roja. Esta mantiene el ángulo constante, por lo que se considera que es la primera pirámide verdadera. Siguiendo los pasos de su padre, el hijo de Seneferu, Jufu, siguió sus lecciones para construir la Gran Pirámide.

La construcción de las pirámides de Egipto

Los egipcios consiguieron hitos arquitectónicos que no se han podido repetir sin la tecnología moderna. La fuerza obrera necesaria para llevarla a cabo fue inestimable, pero lejos de lo que se cree, las últimas investigaciones indican que no estaba compuesta de esclavos, sino de obreros con sueldos y derechos, aunque la dureza del trabajo se reflejara en una vida corta y llena de dolencias.

Lo más complicado parece ser cómo llevaban los sillares de piedra desde las canteras hasta la zona de construcción. En 2017 se reveló en un documental de la cadena inglesa Channel 4 que existió un sistema de canales de agua bajo la meseta en la que se erigen. Los arqueólogos creen que este sistema de canales estaba conectado al río Nilo.

Fuente: Google Earth

Este descubrimiento, además del de un barco ceremonial, llevó a pensar a los expertos que los barcos se cargaban con los materiales necesarios para la construcción de las pirámides de Egipto y bajaban por el río hasta el lugar de construcción. Miles de trabajadores expertos navegaban con estos barcos por los canales para transportar grandes cantidades de sillares de caliza.

Un pergamino descubierto en Guiza escrito por un trabajador egipcio detalla sus experiencias coordinando a un equipo de 40 obreros entre las que se encuentran abrir diques para redirigir el agua del Nilo hacia la pirámide mediante canales artificiales.

En cuanto a cómo subían los sillares a los pisos superiores de la pirámide, se cree que los egipcios usaban agua y aceite para reducir la fricción de la piedra contra la arena. Este método debía de ser muy efectivo.

También se cree que los colocaban sobre maderos cilíndricos rodantes y se ayudaban del plano inclinado mientras varios obreros tiraban del sillar y lo deslizaban hasta el lugar en el que se colocaría el sillar. Para unir los sillares entre sí, los egipcios usaban un tipo de argamasa muy similar al que se utiliza hoy en día.

No hay evidencia sobre las supuestas rampas empleadas en la construcción de las pirámides de Egipto, pero se espera realizar más investigaciones de las estructuras para descubrir si hay pasadizos aún ocultos.

La organización de la fuerza de trabajo en la construcción de las pirámides de Egipto

Debido a la gran cantidad de trabajadores necesarios (unos 10000 para las tres pirámides) durante los 30 años que llevó la construcción de las pirámides de Egipto, se necesitó un sistema eficiente para albergar y alimentar a estas personas y a sus familias.

Se han encontrado numerosos restos de antiguos poblados obreros, cementerios y demás infraestructura civil. Se cree que una de las maneras en las que se atraía a los obreros a trabajar en una construcción tan dura era mediante una dieta abundante rica en carne, cuyos indicios se encuentran en los numerosos restos de ganado encontrados en estos poblados.

 

Fuente: El Confidencial