Las construcciones antisísmicas coinciden, según los expertos, en la estructura de hormigón armado y acero, suficientemente flexible y resistente para dejar que el edificio se mueva, se balancee y no se caiga.
El terremoto de Ischia, la bella isla italiana frente a Nápoles, ha puesto de nuevo en la palestra las deficiencias de los edificios a la hora de protegerse frente a seísmos. Parece que ya las normativas de cada país están avanzando en su regulación, pero siguen existiendo construcciones antiguas que no están preparadas frente a los movimientos de tierra. Esto nos puede llevar a preguntarnos lo siguiente ¿Contamos en España con edificios y construcciones antisísmicas? ¿Hay una buena regulación al respecto?
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Normativa antisísmica en España
En España existe la Norma de Construcción Sismorresistente, la cual regula la construcción de estructuras antisísmicas y se publica en dos partes: General y edificación (NCSE) y puentes (NCSP) y está elaborada por la Comisión Permanente de Normas Sismorresistentes. El ámbito de aplicación se centra en edificios declarados de importancia especial como hospitales, parques de bomberos, comunicaciones, transportes o grandes centros comerciales. Dentro de los edificios clasificados como de importancia normal se debe atender a la probabilidad sísmica de la región y hay aplicar la normativa siempre que se registren datos de aceleración sísmica superiores o iguales a 0,08g. En España, estos valores se dan en Huelva, Málaga, Granada, parte de Jaén, Almería, Región de Murcia, Alicante, Lérida y parte norte de Huesca.
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Elementos a tomar en cuenta para una construcción antisísmica
Los materiales de construcción más utilizados son el hormigón, el acero y la madera. Las construcciones antisísmicas deben tener una estructura de hormigón armado con columnas en las esquinas y en los bordes de los vanos y deben estar conectadas con el encadenado superior, así como con el cimiento. Una posibilidad y variante para erigir un muro rígido sin deformaciones durante el seísmo, es conectar las esquinas de los muros con tensores formando un cruce.
En Italia, país afectado asiduamente por movimientos de tierra (no solo Ischia, aún tenemos en el recuerdo el devastador terremoto de Amatrice y Accumoli del año pasado), han diseñado un sistema de bloques aislantes en los cimientos permitiendo que el suelo se mueva pero el edificio no. El aislamiento de bases también se utiliza cada vez más en nuevas construcciones en Estados Unidos y en Japón.
En áreas propensas a movimientos sísmicos, la ubicación de la vivienda es muy importante. No debe emplazarse la vivienda en el corte de una pendiente, ya que los impactos horizontales de la tierra durante el movimiento pueden provocar el colapso del muro adyacente. Tampoco debe construirse la vivienda sobre una pendiente, para evitar el deslizamiento de la edificación; En el caso en el que se deba emplazar la vivienda en un terreno en pendiente, se debe crear una plataforma con suficiente distancia hacia los bordes de la pendiente. Las construcciones deben ser simétricas y elásticas ya que absorberán mejor las vibraciones del suelo. Además, las medianeras de los bloques deben estar separadas.
Una máxima de la ingeniería antisísmica japonesa, por ejemplo, señala que cuanto mayor sea la base del edificio más resistente y seguro será este.
Técnicas de construcción antisísmicas
En varios países de Sudamérica, como Perú, Bolivia y Chile, también están fuertemente preparados y concienciados con construcciones antisísmicas. Existe una técnica llamada quincha, originaria de Perú, que se utiliza desde los tiempos precolombinos, mediante la cual se mejoran la proporción de arena, arcilla y fibra vegetal para el barro de los muros con un espesor de 10 cm y tiene un comportamiento similar al ladrillo y hormigón de 20 cm de espesor.
Otra técnica es del tapial, que consiste en rellenar un encofrado con capas de tierra de 10 a 15 cm compactando cada una de ellas con un pisón. El encofrado está compuesto por dos tablones paralelos separados, unidos por un travesaño.
El Instituto nacional de normalización de la vivienda en Perú, desarrolló un sistema de refuerzo interno para muros en el que hay dos tipos de adobes, unos tienen ranuras de 5 cm de diámetro en los extremos y otros son mitades de adobes con una sola ranura para obtener la traba. Por estas ranuras atraviesan varillas de caña. En este sistema se refuerzan los muros mediante contrafuertes integrados, intermedios y en las esquinas.
Como se ve, existen varias técnicas, normas y pautas dependiendo del país y del terreno. Lo importante es contar con ellas para prevenir o paliar posibles catástrofes sísmicas. En España aún recordamos el terrible terremoto de Lorca y desde entonces se ha puesto más el foco en el desarrollo y vigilancia de las medidas antisísmicas a la hora de edificar.
Fuentes: El Confidencial, El Mundo