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La Ciudad Prohibida en China: toda su historia

En el corazón de Pekín, la capital de China, se encuentra uno de los complejos arquitectónicos más imponentes y enigmáticos del mundo: la Ciudad Prohibida. Este vasto conjunto de palacios, patios y jardines fue, durante siglos, el centro del poder imperial chino, pero también un lugar de misterio, intriga y aislamiento. 

Historia de la Ciudad Perdida

Desde su construcción a principios del siglo XV, ha sido el escenario de la vida de emperadores, concubinas, eunucos y funcionarios que conformaban la corte imperial de las dinastías Ming y Qing. Hoy, la Ciudad Prohibida sigue siendo un símbolo de la grandiosidad de la civilización china y un sitio Patrimonio de la Humanidad que atrae a millones de visitantes. En el artículo de hoy, Ingeoexpert te mostrará todo lo que debes saber sobre esta majestuosa ciudad y símbolo histórico. 

La construcción de un imperio: el origen de la Ciudad Prohibida en China

La Ciudad Prohibida comenzó a construirse en 1406, durante el reinado del emperador Yongle, el tercer gobernante de la dinastía Ming. Yongle había trasladado la capital de China desde Nankín a Pekín, y con ello, decidió erigir un palacio digno de la grandeza imperial. Se necesitaron más de un millón de trabajadores y catorce años para completar la edificación de este vasto complejo, que cubre un área de 720,000 metros cuadrados, lo equivalente a más de 100 campos de fútbol.

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El diseño de la Ciudad Prohibida está profundamente influenciado por los principios del feng shui, la antigua práctica china que busca la armonía entre los elementos naturales y el entorno construido. Cada detalle, desde la orientación hasta la disposición de los edificios, fue cuidadosamente planeado para reflejar la grandeza y la autoridad del emperador, quien era considerado el Hijo del Cielo y el mediador entre los dioses y la humanidad.

La Ciudad Prohibida

Un lugar de poder y aislamiento

Durante más de 500 años, la Ciudad Prohibida fue el centro político y ceremonial de China. Aquí, 24 emperadores de las dinastías Ming y Qing ejercieron su poder absoluto sobre el vasto imperio. Sin embargo, pese a su nombre grandioso, la Ciudad Prohibida no era solo un palacio, sino también una prisión dorada para aquellos que vivían en ella.

Los emperadores rara vez salían de sus murallas y vivían rodeados de concubinas, eunucos y cortesanos, lo que fomentaba un ambiente de intrigas y conspiraciones. A pesar de su poder, muchos emperadores experimentaron una vida de soledad y aislamiento. De hecho, la Ciudad Prohibida se ganó su nombre no solo por ser inaccesible para el pueblo, sino también porque nadie podía entrar o salir sin el permiso del emperador.

El diseño y la simbología de la Ciudad Prohibida

El diseño de la Ciudad Prohibida refleja el orden y la jerarquía del cosmos según la cosmovisión tradicional china. El complejo está rodeado por un gran muro de 10 metros de altura y un foso de 52 metros de ancho, lo que refuerza su carácter impenetrable. Dentro, la Ciudad Prohibida está dividida en dos áreas principales: la Corte Exterior y la Corte Interior.

La Corte Exterior era el lugar donde se llevaban a cabo las ceremonias oficiales y reuniones de estado. Aquí se encuentran algunos de los edificios más impresionantes, como el Salón de la Suprema Armonía, el edificio más alto de la Ciudad Prohibida y donde el emperador realizaba actos públicos, como la coronación y festivales importantes.

La Corte Interior, por otro lado, era donde vivían el emperador y su familia. Aquí se encuentran los aposentos privados del emperador, sus esposas y concubinas, así como las áreas donde se gestionaban los asuntos cotidianos del imperio. Es en esta zona donde se desarrollaban las historias más privadas y personales de los habitantes del palacio, muchas de ellas envueltas en misterio y secretismo.

Cada uno de los edificios y elementos de la Ciudad Prohibida está cargado de simbología. Por ejemplo, el color amarillo, que representa el poder imperial, es el dominante en los techos de los palacios. Las estructuras están orientadas en el eje norte-sur, siguiendo las directrices del feng shui, y los edificios más importantes se encuentran alineados a lo largo de este eje central. Además, el número nueve, considerado un número de gran poder en la cultura china, se repite con frecuencia en la cantidad de habitaciones, puertas y figuras decorativas.

Dinastías Ming y Qing: el esplendor y el declive

La dinastía Ming gobernó China desde 1368 hasta 1644, y durante este tiempo, la Ciudad Prohibida fue un símbolo del esplendor y el poder imperial. Sin embargo, la llegada de la dinastía Qing marcó un punto de inflexión. Los Qing, de origen manchú, adoptaron muchas de las tradiciones chinas, pero también trajeron sus propias costumbres y formas de gobierno, lo que llevó a un período de estabilidad y crecimiento en el imperio.

Sin embargo, a medida que la dinastía Qing avanzaba, comenzaron a surgir tensiones internas y externas. La llegada de potencias extranjeras, la corrupción en la corte y las revueltas populares debilitaron progresivamente el poder de los emperadores. En 1912, la dinastía Qing llegó a su fin con la abdicación del último emperador, Puyi, marcando el final de más de dos milenios de gobierno imperial en China.

De palacio imperial a patrimonio mundial

Tras la caída del imperio chino, la Ciudad Prohibida pasó por momentos difíciles. Durante la época republicana y las primeras décadas del gobierno comunista, el palacio sufrió daños y saqueos. Sin embargo, a partir de la década de 1940, comenzaron los esfuerzos por restaurar este valioso monumento histórico.

En 1987, la UNESCO declaró a la Ciudad Prohibida como Patrimonio de la Humanidad, reconociendo su valor arquitectónico, histórico y cultural. Desde entonces, se han llevado a cabo importantes proyectos de restauración y conservación, lo que ha permitido que la Ciudad Prohibida se mantenga en pie como un recordatorio del pasado imperial de China.

La Ciudad Prohibida en China

La Ciudad Prohibida hoy: un museo vivo

Hoy en día, la Ciudad Prohibida es el museo más visitado del mundo, atrayendo a millones de personas cada año. Conocido oficialmente como el Museo del Palacio, alberga más de un millón de piezas de arte, incluidas joyas, porcelanas, manuscritos y objetos pertenecientes a los emperadores y su corte. Estas colecciones no solo cuentan la historia de los antiguos gobernantes de China, sino que también muestran la rica herencia cultural y artística de este país.

Además, la Ciudad Prohibida sigue siendo un símbolo de la historia y el patrimonio chino, no solo como una atracción turística, sino también como un lugar de aprendizaje y reflexión. Su conservación es vital no solo para los chinos, sino para toda la humanidad, ya que representa un capítulo importante en la historia global.

La historia de la Ciudad Prohibida es un reflejo del poder, la riqueza y la complejidad del antiguo imperio chino. Desde su construcción bajo la dinastía Ming hasta su transformación en un museo, este complejo palaciego ha sido testigo de los momentos más importantes de la historia de China. A lo largo de los siglos, la Ciudad Prohibida ha sido un símbolo de poder imperial y, al mismo tiempo, un recordatorio de los desafíos que enfrentaron los emperadores en su aislamiento del mundo exterior. Hoy, sigue fascinando a visitantes de todo el mundo con su rica historia, su impresionante arquitectura y su enigmático pasado.

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Fuentes: travesías digital y La Vanguardia 

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Departamento de redacción de contenidos de Ingeoexpert

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