Desde el comienzo de los tiempos, el hombre ha tenido la habilidad de crear innumerables formas de arte que, a día de hoy, siguen siendo unas reliquias prestigiosas en nombre de la historia del arte. En el mundo de la arquitectura hay mucho que destacar, pero hoy, en Ingeoexpert, vamos a hablar de La Scala de Milán: una ópera con historia.
La Scala de Milán, conocida en italiano como “Teatro alla Scalla”, es uno de los templos mundiales de la ópera y la música clásica. Situada en el corazón de Milán, Italia, esta emblemática institución cultural, ha desempeñado un papel fundamental en la historia de la música durante más de dos siglos. Gracias a su prestigio, su arquitectura majestuosa y el numeroso elenco de famosos artistas y músicos, la convierten en un lugar de culto para los amantes de la ópera y la música en todo el mundo.
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Historia de La Scala de Milán
La Scala de Milán fue el resultado de las cenizas del incendio del 25 de febrero de 1776 en el que era el Teatro Ducal. Este fue destruido y los noventa dueños de los palcos del teatro reclamaron al archiduque Fernando de Austria la construcción de uno nuevo. El encargado de realizar esta maravilla arquitectónica fue el arquitecto neoclásico Giuseppe Piermarini, que creó un primer diseño que fue rechazado, mientras que el segundo fue aceptado por la emperatriz María Teresa I. De hecho, el nombre del teatro se obtiene de ella por haber sido construido en el lugar que ocupaba la iglesia Santa María alla Scala.
La construcción duró dos años con la ayuda de otros arquitectos como Pietro Marliani, Petro Nosetti, Antonio y Giuseppe Fe, inaugurando el edificio el 3 de agosto de 1778 como Nuovo Regio Ducale Teatro alla Scala. Y, como muchos otros teatros del momento, La Scala fue también un casino. La estructura que conocemos en la actualidad proviene de una reestructuración en el año 1907.
Las sombras y luces de la Scala de Milán
Toda luz tiene una sombra, y la de La Scala de Milán fue en la Segunda Guerra mundial, cuando el teatro sufrió graves daños debido a los bombardeos. Sin embargo, después de una cuidadosa restauración y renovación, el teatro resurgió con más fuerza que nunca, como el fénix de sus propias cenizas. Reabrió sus puertas en 1946 con la actuación de “La Gioconda” de Amilcare Ponchielli.
En su rica historia, La Scala también ha albergado algunos de los nombres más icónicos de la ópera y la música clásica, desde sopranos como María Callas hasta directores de orquesta como Arturo Toscanini. La Scala ha sido testigo de interpretaciones legendarias y momentos memorables que han quedado grabados en la memoria de los amantes de la música.
Además, la ópera La Scala de Milán, ha acogido a algunos de los músicos y bailarines más destacados de la historia, y su escenario ha sido testigo de actuaciones legendarias a lo largo de los años. Su audiencia es exigente y apasionada, el público de la Scala es conocido por su devoción a la música y su capacidad para expresar sus opiniones de manera entusiasta.
Un símbolo arquitectónico: La Scala de Milán
Durante el siglo XVIII, Italia se encontraba bajo diferentes mandatos que hicieron que las diferentes corrientes de arte que estaban surgiendo, tuviesen más potencial en unos sitios más que en otros. En concreto, el Neoclasicismo no tuvo mucho éxito en aquella época, ya que hubo un resurgimiento tardío del Barroco en Italia. Aun así, hay muchas obras interesantes y espléndidas que provienen del Neoclasicismo.
De hecho, uno de los aspectos más notables de la Scala de Milán es su arquitectura neoclásica. El teatro cuenta con una impresionante fachada y un interior decorado con lujo y elegancia. La sala principal, con sus balcones y palcos ricamente decorados, ofrece una experiencia visual y acústica excepcional para los espectadores. Además, el famoso “loggione”, el área de los palcos más económicos en la parte superior del teatro, es conocido por su público apasionado y crítico.
Las voces de la ópera de La Scala de Milán
El primer gran encargo por parte de un compositor de un teatro de ópera fue “La pietra del paragone”, de Giochino Rossini, y se convirtió en un éxito absoluto con 53 representaciones en una temporada.
Entre 1822 y 1825 el teatro comienza una nueva etapa en el melodrama italiano con el estreno de las óperas Chiara e Serafina, de Gaetano Donizetti e Il pirata a cargo del siciliano Vincenzo Bellini.
Más adelante, en el año 1839, el teatro La Scala vuelve a la cima del éxito con el estreno de “Oberto, Conte di San Bonifacio” de Giuseppe Verdi, uno de los compositores más ligados a esta ópera. Se le conoce en la actualidad por haber introducido en sus obras la exaltación de la sociedad italiana. De hecho, su obra más aclamada por ello es “La Scala Nabucco”, estrenada en 1842.
Con el paso del tiempo, en 1997, La Scala se convierte en una fundación privada, es decir, comienza una fase de modernización. Este momento implica que el teatro debe permanecer cerrado entre enero de 2002 y diciembre de 2004, años en los que se lleva a cabo una profunda labor de restauración del edificio. El 7 de diciembre de 2004, La Scala abre de nuevo de la misma forma que un siglo atrás, con la actuación de “Europa riconosciuta”, de Salieri. Cabe mencionar que la temporada operística suele comenzar en esa misma fecha, que es el día de San Ambrosio, el patrón de Milán, y continúa hasta principios de julio. Por lo que, durante ese periodo, la ciudad se llena de visitantes de todo el mundo eufóricos por experimentar la magia de la ópera de La Scala de Milán.
¿Cómo es La Scala de Milán en la actualidad?
En la actualidad, La Scala sigue siendo un faro de la cultura italiana, atrayendo a amantes de la ópera y la música clásica de todo el mundo. Sus temporadas continúan representando producciones de alta calidad y atrayendo a algunos de los artistas más destacados del momento.
Podría decirse que La Scala de Milán es mucho más que un teatro, es un símbolo de riqueza cultural. Su historia y legado, perdurarán a través de las generaciones, y su influencia en la música y el arte es innegable.
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Fuentes: operaworld.es / milan.museum
