La Ópera de Sidney es uno de los edificios más icónicos de la arquitectura a nivel mundial. Su enorme silueta casi parece una escultura que nos recuerda a las velas de un barco izadas por el viento. Esa particular estética, a medio camino entre el futurismo arquitectónico y el movimiento expresionista, la han llevado a convertirse en un símbolo de Australia, que es a diario visitado por miles de turistas.
Hoy, desde Ingeoexpert, te contamos toda su fascinante historia, quién y cuándo se construyó y algunas curiosidades sobre su arquitectura.
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¿Cómo surgió el proyecto? El concurso que dio origen a la Ópera de Sídney
Corría el año 1957 cuando el arquitecto danés Jørn Utzon ganó el concurso internacional para diseñar la Ópera de Sídney, superando a otras 223 propuestas de todo el mundo.
El proyecto de Utzon impactó al jurado por su diseño atrevido, inspirado en la vela de los barcos que se divisaban desde Bennelong Point, un cabo central de la bahía donde se iba a edificar el proyecto. Desde este emplazamiento, el edificio iba a destacar como una escultura, ya que nada alrededor podía desviar la atención del espectador. El edificio se diseñó de tal manera que pudiera ser apreciado desde cualquier punto de vista, tanto terrestre como marítimo, de una forma dinámica que irradiase la inspiración del viento y el mar en cualquier dirección.
El sol brilla sobre la Bahía de Sídney y provoca reflejos sobre este edificio que se convierte en una escultura cambiante en función de la luz y el mar.
La Ópera de Sídney fue concebida en un momento en que Australia se encontraba en plena expansión económica y buscaba su propia identidad como nación. Tras el fin de la II Guerra Mundial y la llegada de una ola de inmigración europea, era necesario crear un símbolo que capturase la esencia del país. Lo que se quería era construir un gran centro para la cultura de las artes escénicas, al estilo de las grandes capitales europeas. Por eso, se optó por este diseño de corte expresionista, que buscaba evocar emociones, a través de una estética moderna centrada en la innovación y la vanguardia de la época. Eso es lo que el proyecto de Jørn Utzon logró alcanzar y el motivo principal de que comenzase a construirse la Ópera de Sídney.
¿Cómo es el edificio de la Ópera de Sídney?
La Ópera de Sídney, aunque parece un único edificio, en realidad está compuesto de tres construcciones distintas que ocupan un espacio de unos 183 metros de largo por 120 metros de ancho. En su interior se encuentran cinco teatros diferentes, entre los que se encuentra el Concert Hall que, con 2679 asientos, alberga el órgano más grande del mundo (de 10.000 tubos).
Además, no sólo se emplea para dar conciertos, sino como lugar de eventos y conferencias de la ciudad, ya que también cuenta con diferentes salas de grabaciones, ensayos, exposiciones, camerinos, restaurantes y bares.
La fachada exterior está compuesta por 14 olas o conchas que simbolizan la profunda conexión con el mar como elemento de la identidad del país. Originalmente, antes de las campañas colonizadoras, se empleaban conchas reales para realizar las construcciones en la costa, por eso, quiso hacerse un homenaje a los antepasados de la ciudad evocando el caparazón de un molusco.
Cada una de estas conchas está elaborada con hormigón y recubierta por más de un millón de azulejos cerámicos que le dan su particular apariencia uniforme. Sin embargo, en realidad se trata de un patrón de piezas pequeñas, en tonos blanquecinos, para contrastar con el fondo azul del mar y el cielo de la bahía.
Las dificultades de la construcción: un proyecto demasiado grande
El edificio fue inaugurado en octubre de 1973, pero hasta ese día surgieron numerosos retos para la ingeniería y la arquitectura durante su construcción. En 1959 comenzaron las obras, que se extenderían durante catorce años, aunque originalmente se proyectó que tardarían cuatro. En esos años hubo que definir cuál sería la solución para las formas parabólicas del diseño de la cubierta, pues no se encontraba la manera de mantener la idea original y cumplir, al mismo tiempo, con los requisitos estructurales.
En 1962 Utzon dio con la idea de la esfera, que permitía derivar cada concha a partir de una esfera compartida con el mismo radio. A nivel arquitectónico esto suponía toda una proeza, pues permitía fabricar cada pieza como parte de un conjunto de manera previa y después armar el conjunto a partir de segmentos modulares prefabricados.
La finalización sin su arquitecto
Esta solución aunque muy efectiva, incrementaba el coste total de la obra y los plazos establecidos para su construcción. El coste total de la obra se estimaba en 7 millones de dólares, sin embargo, terminó elevándose hasta alcanzar los 102 millones de dólares (financiados con la Lotería Estatal). También involucró a 10.000 trabajadores de la construcción. Esto produjo algunos desencuentros entre el gobierno australiano y Utzon. Cuatro años después, en 1966, el arquitecto abandonó el proyecto y se modificaron algunas de sus propuestas para la cubierta.
No fue hasta 1973 cuando logró terminarse definitivamente y se pudo inaugurar por la reina Isabel II en una ceremonia a la que el arquitecto no asistió. Se interpretó la Novena Sinfonía de Beethoven y se lanzaron miles de fuegos artificiales.
Reconocimientos e impacto cultural de la Opera House de Sídney
Sin embargo, a pesar de las dificultades que se interpusieron en el camino, el edificio se convirtió en el alma de la ciudad. La puesta por su diseño original y el emplazamiento en mitad de la bahía con el tiempo lo han convertido en uno de los edificios más icónicos y reconocidos a nivel mundial, siendo la principal atracción turística de todo el territorio australiano.
En el año 2007 la Ópera de Sídney fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por su valor arquitectónico y cultural y, a día de hoy, es reconocida como una de las 21 Maravillas del Mundo Moderno. Desde el día de su inauguración el edificio ha albergado representaciones de ópera, conciertos, ballets, obras teatrales e infinidad de eventos, incluyendo, la ruta olímpica de los Juegos de Sídney 2000 (en los que se utilizó su silueta también como logo).
El edificio de la Opera House de Sídney continúa en la actualidad inspirando a las nuevas generaciones de arquitectos e ingenieros, ya que es una muestra de las posibilidades técnicas y de innovación de la arquitectura moderna.
Ingeoexpert, a la vanguardia de la arquitectura moderna
Hoy desde Inegoexpert hemos querido mostrarte algunas de las características de la Ópera de Sídney porque es mucho más que un auditorio, es un fiel reflejo de la capacidad artística del ser humano y una obra maestra de la arquitectura moderna.
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