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Tomografía sísmica

La tomografía sísmica es una técnica que permite reconstruir una imagen de la estructura interna de la Tierra a partir de ondas que se propagan durante terremotos y movimientos sísmicos.

Desde hace algunas semanas, la tomografía ha ganado presencia en los medios de comunicación gracias a su aplicación en una de las 7 Maravillas del Mundo: las Pirámides de Egipto.

La noticia es muy interesante desde el punto de vista del conocimiento humano: un equipo internacional de científicos ha empleado el flujo de muones (partículas elementales que se producen cuando los rayos cósmicos chocan contra los átomos en la atmósfera terrestre) para radiografiar el interior de la Pirámide de Keops, en Egipto. Gracias a esa variante de la técnica tomográfica, han descubierto un gran espacio vacío, que había permanecido oculto tras los muros de la edificación hasta este momento, y que puede descubrir nuevos misterios ocultos en la famosa y milenaria construcción.

¿Qué es la tomografía?

Se conoce como tomografía a aquella técnica que permite procesar imágenes de un cuerpo por secciones. El tomógrafo es el aparato empleado para tomar esas imágenes, y el resultado, es decir, las imágenes, se conoce como tomograma. El procedimiento matemático que permite este proceso es la reconstrucción tomográfica.

El empleo de este procedimiento hace posible conocer la topografía de las diferentes unidades geodinámicas de la tierra. Por ejemplo, se ha empleado para conseguir el perfil topográfico de la superficie del núcleo de la tierra.

Dentro de la tomografía, existen diversas ramas. Una de ellas es la tomografía sísmica.

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Cuando hablamos de tomografía sísmica nos referimos a la técnica capaz de hacer “radiografías” de la estructura interna de la Tierra, existente bajo su superficie, a partir de la lectura de datos que quedan reflejados en imágenes. Estos datos se obtienen gracias a la actividad sísmica o de terremotos.

Las imágenes resultantes pueden estar tanto en dos como en tres dimensiones y reflejan las anomalías que existen por debajo de la superficie terrestre. La precisión del modelo resultante depende en gran medida de la disponibilidad de datos sísmicos para su creación.

Este es un procedimiento bastante moderno, que no empieza a emplearse hasta los años 70 del siglo XX gracias a que se empieza a documentar de forma precisa los datos que recogen los sismógrafos.

Usos de la tomografía sísmica

La información obtenida a través de la tomografía sísmica sirve a los investigadores para mejorar sus conocimientos en ámbitos como:

  • Procesos del núcleo de la tierra.
  • Tectónica de placas.
  • Análisis de zonas volcánicas, como por ejemplo la que puede encontrarse en Yellowstone.

Como su propio nombre indica, la tomografía sísmica obtiene datos principalmente en zonas con actividad sísmica. Esto implica que en vastas regiones de la Tierra con menor actividad sísmica obtienen menos datos, por lo que los modelos gráficos que resultan de la tomografía son menos precisos que los que se muestran en otras zonas. Al obtener resultados gracias a los datos que se recogen de terremotos y eventos similares, la tomografía sísmica es dependiente de estos eventos.

Otros tipos de tomografía

Existen distintos tipos de tomografía al margen de la tomografía sísmica. La mencionada anteriormente, utilizada en las Pirámides de egipto, es la tomografía de muones y la fuente de los datos que emplea para “dibujar” el resultado es precisamente esta partícula.

La tomografía de rayos X, la tomografía por emisión de positrones, la tomografía de coherencia óptica, la criolectrónica o la tomografía de resonancia magnética son otros ejemplos de esta técnica, que tienen su aplicación en ámbitos tan dispares como la oceanografía, la física, la ciencia de materiales, la astrofísica, la arqueología, la biología o la radiología.

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Fuente: El País.

 

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