Con una longitud de más de 4000 kilómetros y una anchura de 110 a 480 kilómetros, las Montañas Rocosas se extienden desde el norte de Alberta (Canadá), hasta el sur de Nuevo México (EEUU), pasando por las Grandes Llanuras del este y por varias mesetas del oeste.
Hoy nuestro post va dedicado a esta espectacular formación rocosa, más antigua que Los Alpes o El Himalaya. Sigue leyendo si quieres conocer más sobre las Montañas Rocosas, dónde y cuándo se formaron.
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¿Dónde se formaron las Montañas Rocosas?
Las Montañas Rocosas, también conocidas como Rocallosas, son consideradas la columna vertebral de América del Norte. Son la cordillera más importante de esa parte del continente americano. Están constituidas por un núcleo de rocas cristalinas rodeado de rocas sedimentarias. Extendida a través de Estados Unidos y Canadá, los parques nacionales que alberga fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984.
Se formaron en el oeste de Norteamérica y se componen de varias cordilleras y montañas, que posteriormente te vamos a mostrar. Popularmente se considera que existen ciertas divisiones: las Rocosas Canadienses, las Rocosas del Sur, del norte y del centro de Estados Unidos. Además, en las Montañas Rocosas está la llamada Divisoria Continental de América. Esta sirve de separación para las cuencas de los ríos que desembocan en el océano Pacífico.
Además de las montañas que forman esta majestuosa cordillera, podemos observar que posee muchos tipos de formaciones geológicas que han surgido como consecuencia del paso de millones de años de modelado. Los glaciares tallaron la piedra, mientras que otros agentes geológicos externos y la erosión derivada de un clima extremo en algunos puntos, han contribuido a sus formaciones.
Por ejemplo, en el Parque Nacional de Yellowstone, existe una gran caldera del volcán subterráneo más grande de nuestro planeta, que en la actualidad se encuentra dormido. Pero también se encuentran géiseres o aguas de fuentes termales en algunos puntos de la cordillera.
¿Cómo se formaron?
Aunque el proceso de formación de las Montañas Rocosas ha sido uno de los más estudiados a lo largo de la historia, aún en la actualidad, hay divergencia de opiniones. Una de las cuestiones que sí está clara y consensuada es que se formaron durante un periodo de intensa actividad volcánica y tectónica. De ahí que los movimientos terrestres elevaran a tal altitud estas montañas.
Más concretamente, se sabe que en el carbonífero tardío, las placas tectónicas Laurentia y Gondwana colisionaron y formaron la orogenia Apalache. Por otro lado, durante el Paleoceno y principios del Eoceno, se produjo una subducción poco profunda por debajo de lo que hoy es la corteza de Norteamérica occidental. Todo esto comenzó a levantar la corteza y dio como resultado las Montañas Rocosas. Sin embargo, aún cuando los dinosaurios caminaban por nuestro planeta, la formación de las Montañas Rocosas estaba en pleno desarrollo, teniendo en cuenta que la orogenia data de hace 55 a 88 millones de años.
Se sabe que, las rocas más antiguas que se han encontrado en las Montañas Rocosas fueron formadas cuando sedimentos marinos se sometieron a gran presión y calor por el movimiento de las placas tectónicas, hace aproximadamente 70 millones de años. Las Montañas Rocosas son, a día de hoy, una cordillera geológicamente activa. Glaciares y fenómenos geológicos han erosionado estas montañas, creando valles y circos.
Origen de las Montañas Rocosas
El origen de las Montañas Rocosas podemos diferenciarlo en varias etapas. La primera etapa se dio en el Paleozoico. En lo que hoy es el Estado de Colorado, las rocas antiguas comenzaron a desplazarse hacia arriba, empujando las rocas metamórficas hacia arriba a través de las calizas y dolomías. Estos movimientos hicieron que se formaran montañas durante muchos años, hasta terminar el Paleozoico, por lo menos y durante la primera parte del Mesozoico. Grandes depósitos sedimentarios se generaron producto de esta extensa erosión.
La segunda etapa del origen de las Montañas Rocosas se dio hace 80 millones de años. En lo que fue el Cretácico Tardío a Terciario o Paleógeno. En esta etapa, las placas comenzaron a deslizarse por debajo de la placa norteamericana con un ángulo de subducción muy bajo. Esto provocó el alzamiento de la cadena montañosa hasta unos 6 kilómetros.
Al finalizar esta etapa y durante otras decenas de miles de años, la erosión del agua y el hielo provocó una disminución del relieve y posteriormente, con las grandes glaciaciones cuaternarias se crearían las marcas inconfundibles en estos magníficos paisajes: valles en U, circos, estrías, bloques erráticos, etc.
Todo esto ha hecho que esta formación geológica posea uno de los paisajes más llamativos de todas las cordilleras que existen alrededor del mundo: picos de gran altura, farallones, esculturas y arcos.
División de las Montañas Rocosas
La división de las Montañas Rocosas se ha realizado de acuerdo a su estructura geológica y geográfica, de manera que están formadas por las siguientes montañas y cordilleras:
Rocosas Lejanas del Norte (Cordillera Muskwa y cordilleras Hart),
Rocosas Canadienses (Cordilleras Continentales del Norte, Cordilleras Principales Centrales, Cordilleras Frente Central y Cordilleras Continentales del Sur),
Montañas Rocosas Montana Central (Cordilleras Montana Noroeste, Cordilleras Parque Nacional Glaciar, Cordilleras Bob Marshall, Cordilleras Montana Central Oeste, Cordilleras Montana Central, Cordilleras Montana Sureste),
Montañas Rocosas Idaho – Bitterroot(Montañas Clearwater, Cordillera Bitterroot, Montañas Salmon River, Area Sawtooth – Ketchum – Boise y Cordilleras Lost River – Lemhi),
Grandes Rocosas de Yellowstone (Cordillera Teton, Cordillera Absaroka, Montañas Bighorn, Cordillera Wind River y Área Cuenca Gran Divisoria),
Montañas Rocosas Occidentales (Cordilleras Idaho Sureste, Cordilleras Wyoming Overthrust Belt, Cordillera Wasatch y Sierra de Uinta) y
Montañas Rocosas Meridionales (Cordillera Park, Cordilleras Wyoming Meridional, Área Flat Tops, Cordillera Front, área Cordillera Elk, Cordillera Sawatch, Cordilleras Colorado Central, Montañas de San Juan y Sierra de la Sangre de Cristo).
Fuente: Geoenciclopedia, Locos por la Geología, Ciencia y Biología
