Los atolones son un tipo de islas verdaderamente peculiares. Sin embargo, lo que llama de verdad la atención es su proceso de formación. Por eso, en este artículo vamos a tratar de explicar en profundidad qué es un atolón, el proceso de formación de un atolón y algunos de los atolones más conocidos del mundo.
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¿Qué es un atolón?
Aunque la palabra atolón proviene de una lengua indoaria hablada en las Maldivas, el dhivehi, lo cierto es que el primer registro de la palabra es en 1625, por Charles Darwin.
El científico describió al atolón como un subconjunto de una clase especial de islas, cuya principal característica es la presencia de un arrecife orgánico. Pero quizás vale la pena mencionar otras definiciones. Por ejemplo, Fairbridge (1950) definió al atolón como un arrecife de forma anular que posee una laguna en el centro.
De estas definiciones se extrae que los atolones, también llamados atolones coralinos, son un tipo de arrecife de coral que tienen forma de anillo. El anillo rodea una laguna central y puede ser completa o parcial, dejando una parte abierta al océano, aunque la forma puede ser muy variable, al tratarse de formas orgánicas.
Qué es el coral
El coral es un animal colonial (salvo en ocasiones, que son pólipos solitarios) que secretan carbonato de calcio para formar un esqueleto externo de gran dureza. Cuando abundan los corales hermatípicos, que también se conocen como corales pétreos, se van formando las estructuras calcáreas a medida que mueren. En realidad, el coral lo que hace es asentarse en los bordes de un antiguo volcán o isla oceánica que se ha hundido con el paso del tiempo.
Podemos encontrar también, aunque con menos frecuencia, atolones que se asientan sobre el lecho oceánico. Aprovechan zonas que se han hundido o zonas en las que el nivel del agua ha subido y forman un arrecife de coral en anillo.
¿Cómo se forma un atolón?
Como ya sabemos, las islas volcánicas se forman a partir de volcanes submarinos que se encuentran en el fondo del mar. Tras muchas erupciones volcánicas acontecidas durante miles de años, las islas emergen por la superficie del océano, dejando al descubierto la parte más superficial. Las condiciones que se dan entre el agua marina y el sustrato rocoso de los volcanes submarinos, es el medio ideal para el crecimiento de los corales que forman arrecifes en la parte sumergida que se encuentra a poca profundidad.
Con el paso del tiempo, el coral va rodeando toda la isla volcánica hasta crear un anillo de arrecife de coral. A medida que se va formando el arrecife y debido a la erosión, la isla volcánica se comienza a hundir y, de forma muy lenta, va desapareciendo por debajo de la superficie del océano. Cuando la isla se encuentra por debajo del nivel del mar, en la superficie solo se aprecia el anillo de coral y en su interior, una laguna que se denomina atolón.
Se puede pensar que, durante la formación del atolón, el coral se va hundiendo a la vez que la isla se va erosionando. Esto no ocurre así porque el hecho de que el coral se encuentre a ras del agua, le confiere una condiciones favorables para su desarrollo. Posteriormente, la acción del viento y las olas erosionan gran parte del coral, convirtiéndolos en arena y esa arena se va depositando hasta formar los llamados cayos.
Las islas de atolones son verdaderamente fascinantes y la duración de su formación puede ser muy variable. Sin embargo, se cree que podría ser un proceso con una duración media de 30 millones de años.
La teoría de Darwin sobre los atolones de coral
Charles Darwin tuvo una teoría respecto a la formación de atolones. Dicha teoría consistía en que los diferentes arrecifes de coral que vemos están en una fase de formación diferente. Es decir, la formación de un atolón posee diferentes fases y su formación es fruto de dos procesos que ocurren de forma simultánea: el crecimiento de un arrecife de coral y el hundimiento gradual de una isla oceánica.
La primera, es la formación del arrecife de coral alrededor de la isla volcánica. Con el paso del tiempo y debido al crecimiento del coral y al hundimiento de la isla volcánica, se va convirtiendo en un arrecife de barrera. Se empieza a crear una cierta distancia entre la isla y el arrecife, que se llena de agua. La última fase del proceso de formación es el atolón. En este momento, la isla ha desaparecido totalmente por debajo de la superficie del mar y solo podemos ver el arrecife de coral en forma de anillo con una laguna en su interior.
Así, podemos decir que según Darwin, los tres estados de un mismo proceso biogeológico son la isla volcánica tropical, la isla coralina y el atolón.
Los 5 atolones más conocidos del mundo
Como los corales necesitan temperaturas tropicales para desarrollarse, sólo se encuentran atolones en la zona del trópico o en las zonas subtropicales. Algunas zonas donde podemos encontrar atolones son, por ejemplo, los atolones del océano pácifico en el archipiélago de Tuamotu en Polinesia Francesa, las islas Carolinas (Estados Federados de Micronesia) y en las islas del Mar del Coral, cerca de la costa de Australia.
En el Océano Índico, los atolones están en las Maldivas, en las islas Laquedivas, en las islas externas de Seychelles y en el archipiélago de Chagos. En el Océano Atlántico, podemos encontrar el atolón de las Rocas y, cerca de Nicaragua o Venezuela, en el archipiélago de los Roques, también encontramos un enorme atolón.
Esas son algunas de las zonas alrededor del mundo en las que encontramos atolones. Ahora pasamos a ver cuáles son los atolones más conocidos del mundo por su singular belleza.
Atolones de las Maldivas
Las Maldivas están formadas por unas 1.200 pequeñas islas de coral agrupadas en 26 atolones. La actividad principal en las Maldivas es el buceo y el snorkeling, por la cantidad de vida acuática que alberga y la calidad de sus aguas cristalinas.
Aldabra
Aldabra es una de las Islas exteriores de las Seychelles a más de 1.100 kilómetros de Mahé, la isla más grande de las Seychelles. Es el segundo atolón más grande del mundo después de Kiritimati. Debido a las dificultades de acceso y al aislamiento del atolón, Aldabra está prácticamente intacto por los humanos.
Rangiroa
Rangiroa es uno de los atolones más grandes del mundo y el más grande del archipiélago de Tuamotu. La mayoría de las playas de Rangiroa están formadas por corales muy macizos, con grandes cantidades de estructuras calcáreas de gran dureza.
Tubbataha Reef
El arrecife está formado por dos atolones, el Atolón Norte y el Atolón Sur, separados por un profundo canal de aproximadamente 8 kilómetros de ancho. Se ha convertido en un sitio de buceo popular debido a sus “paredes” de coral donde el arrecife de coral poco profundo termina abruptamente dando paso a grandes profundidades.
Aitutaki Atoll
El atolón de Aitutaki consiste en un número de islotes volcánicos y de coral alrededor de una laguna triangular. La laguna y sus islas son de una belleza impresionante.
Fuente: Curiosoando, Ciencia Today
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